martes, 2 de abril de 2024

Un nuevo comienzo (fin)

Había que terminar el jaulón. Empecé a cerrarlo y compramos unos listones que pinté con un protector para que aguantasen la humedad y la lluvia en el exterior. También compré malla de sombreo para protegerlos del sol. Lo fui montando poco a poco, a medida que el clima y el tiempo disponible me lo permitía. E hice un placentero uso de la tijera para grapas que me había dado Tomás par ayudarme a hacer todo este trabajo.




 

 

Hice un par de columpios y un par de perchas para ver qué tal y al principio puse un hule para proteger de la lluvia. La verdad es que con lo que me costó colgar los columpios y las perchas, lo de asegurar la malla por detrás con tanta firmeza no fue una buena idea, pero aunque me costase más o menos, era algo que podía deshacer (lo que no supe hasta el momento de hacerlo que me iba a costar un riñón JAJAJAJA).






La idea que tenía era la de poner una especie de cortina enrollable para subirla o bajarla según me conviniese. El modo de engancharla lo tuve que ir puliendo.




Una vez finalizada la estructura (a las prisas), un día que no llovía, salí de casa y me fui al jardín que nos rodea. Lindamos con un terreno enorme que pertenece a la UNED, y en los límites en los que está puerta la verja, crecen diferentes árboles. El que me interesaba era un joven nogal que invadía nuestro lado con unas largas ramas bajas... Podadora en mano, cortamos volando.

El montón de ramas era inviable cargarlas hasta el portal de casa, tengo algunas dificultades de movimiento con mi pierna izquierda desde mi problema de salud, así que decidí hacerlo a mi manera... Di la vuelta, me puse frente al muro que sería mi terraza y...

¡¡RAMA VAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!

Era mi casa, podía hacerlo sin molestar a nadie. 😂 Y me hice un una buena colección de futuras perchas. También encontré unos mangos de escoba que sabía que estaban por el jardín desde que vivíamos por aquí, y como nadie los reclamó en 3 años, pues me los subí para hacer le un poco de estructura al techo. 


Revisé y limpié un poco antes de colocarlas para quitar los trozos que parecían estar podridos, y me encontré bastante fauna dentro ¡¡eran huecas!! Escarabajos, arañas, orugas y... ¡¡¡Un hormiguero de crematogaster!!! Como lo del sol de aquella mañana había sido un respiro corto y se puso a llover de nuevo, las dejé en un recipiente con un poco de gelatina de la que dieron cuenta. Cuando parase de llover las devolvería a alguna zona con maderas podridas (las devolví a una zona adecuada en Marzo 😂).

Mientras estaba terminando el jaulón llegó por fin el Legazín Cure y las vitaminas. Aunque me había adelantado al tema vitaminas comprando un Tabernil Total en una tienda de la ciudad un día que coincidió que pasamos cerca de una tienda de mascotas porque me ganaba la ansiedad por irlos recuperando de todo el estres y cambios que habían estado sufriendo hasta llegar a ni casa.


Lo cierto es que pasó bastante tiempo hasta que conseguí que el jaulón fuese al fin habitable, el tiempo y el clima no jugaron a mi favor, pero GRACIAS a Tomás los peris tuvieron un lugar seguro donde quedarse hasta el día 20 de Enero. Y por suerte o por desgracia, el primer tratamiento lo pasaron enteramente ahí, y mejoraron mucho las heces que veía y los ánimos de la pequeña pía. Repetí más adelante al ver de nuevo heces color ciano.

Y al colocar las perchas y asegurar una puerta y media, coloqué el viejo comedero tolva, un bebedero y... Uy... Me di cuenta de que si los soltaba en ese momento, no se me ocurría cómo cogerlos si necesitaba separar a alguno. Y la tentación de poner nido era irresistible. Así que cogí la jaulita enfermería y dejé en ella a Séfora y a Arquimedes. 



Con la noticia de la muerte de Vladimir, del mismo año que Arquímedes, me entró como un absurdo pánico a no "conseguir" algún texas más probando la combinación de rostrales (y más motivos). Así que los primeros días, la parejita estuvo en esa pequeña jaula, que no me gustaba especialmente, pero las ansias me habían podido y así los dejé unos días. Y viendo las fotos, realmente la jaula resultaba ridícula.

Como anécdota, comentar que había limpiado y montado los transportines hacía tiempo para tenerlos almacenados ordenaditos, y que cuando metí a los peris en uno de ellos, no me di cuenta de que estaba puesto el divisor... 😖 Así que el pequeño paseo desde el patio, donde estaba la jaula, a la terraza, donde estaba el jaulón, fueron un poquito apretados 8 periquitos 😅 .


 


 











Una mañana mi hija, que es pequeña pero no es tonta, me dijo:

-Los pajaritos en pequeña no, ¡en grande bien!

Y sinceramente: tenía toda la razón del mundo. Así que desarmé el tinglado en cuanto pude, sintiéndome bastante estúpida por lo que había hecho, y volaron por fin con sus compañeros.


 











































Ahora solamente faltaba añadir más puertas, solucionar el problema del acceso para la limpieza, y... Probar a poner comederos tolva por fuera. El primer intento con los que me dio Tomás había sido terrible y bastante triste; los dispuse por dentro y era muy incómodo. Los depósitos se quitaban tirando de ellos hacia atrás, a diferencia de los comederos tolva que yo había usado antiguamente que estaba solamente enganchados, sin raíles. 

 


Como no podía meterme en el jaulón, me di cuenta de que se me había complicado demasiado el mantenimiento, así que empecé a cambiar cosas, comederos, disposiciones, hacer y deshacer puertas... Muchos cambios que me sirvieron de ensayo para cometer errores que no había contemplado, pues cosas como mi implante coclear, que se me quedó pegado en la malla varias veces, o mi ropa, que al meter medio cuerpo por la puerta grande y tener que apoyarme en la mesa, hicieron que la suciedad húmeda por la lluvia, me manchase. Sin mencionar por supuesto que la puerta se me enganchaba en la cintura 😂

Otro curioso problema con el que me encontré al cambiarles la tolva para gatos por las tolvas para aves, fue la torpeza de los peris para emparapetarse en ellas y comer. Los primeros que lo consiguieron (poniendo las tolvas al ras) fueron Zorrillo y Pepinillo. 

 


Esto hizo que los demás los imitasen, pero la primera noche fue terrorífica, pues empujaban a Zorrillo y no pudo comer adecuadamente para pasar la noche, así que por la mañana me lo encontré embolado y apático tuve que separarlo y ponerle comida de fácil acceso. Fue tan fácil cogerlo que casi me dió algo.

 


Entendí que quería que los periquitos aceptasen demasiado deprisa cambios muy grandes, y fui elevando las tolvas poco a poco, poniendo un cacharro abierto con semillas cada mañana y cada tarde para que los que no lograsen comer lo suficiente pudieran hacerlo sin pasar peligro, y de paso añadí una especie de portezuela para acceder a los depósitos (más o menos), y rascar la suciedad de ese lado. Usé cosas que tenía en casa, para todos los apaños ya no compré nada más. Y un día  los depósitos fueron medio accesibles para vaciarlos y los peris ya comían turnándose. 



Probé con tolvas fuera, pero la estructura natural para ellas son barrotes, pero quise probar igual hasta que me harté y puf, las dejé dentro y fui cambiando las de Tomás por otras. Las dejé en reserva, limpitas, para un uso futuro. 

Voy cambiando las cosas de sitio probando a ver como me resulta más fácil hacer unas cosas u otras, y la verdad es que con las lluvias con vientos medio huracanados que tenemos a veces aquí, el no poder meterme tranquilamente es un verdaderos fastidio. Se me ha caído agua por el cuello de la sudadera mientras limpiaba el suelo del jaulón por las pequeñas balsas que quedaban en el plástico; he tenido que soltar las grapas de acero que usé para sujetar firmemente por detrás la malla de sombreo a la estructura para poder volver a colocar perchas o poner nuevas porque las periquitas tienen momentos destroyer y no dejan una entera 😂 ; tuve que retirar el cierre tan mono que puse para arreglar la puerta grande por donde accedo para hacer casi todo. Que ya me diréis, ¿en qué cabeza cabe dejar madera relativamente fina al alcance de esos picos? Pues en una que tiene mucha prisa.

 

Por lo menos perdí el miedo a cogerlos en el jaulón 😆 (uso un salabre y un trapito).

El 13 de Febrero vi a Séfora con una buena predisposición para con su pareja Arquímedes y... Esa ya es otra historia :).




No hay comentarios:

Publicar un comentario