miércoles, 3 de abril de 2024

Un ave rapaz

Iba a poner de título "Un gavilán", pero hay quién me dice que es "Un azor", otros que "es gavilán 100%" y otros con la misma expresión "azor 100%".

Debo admitir que la persona que me ha dicho que es gavilán me ha explicado cosas que debo observar y que me sirven para encauzar mejor mi conocimiento, con lo que podríamos decir que por comportamiento y explicación razonada, debe de ser un gavilán.

Ayer estaba muy contenta porque había terminado por fin las diferentes partes de "Un nuevo comienzo". Mejor o peor redactadas (especialmente la segunda parte, que creo que me ha quedado muy mejorable y no descarto retocarla), cuando haciendo mi vida normal, me interrumpen para avisarme de que ALGO está con los peris... ¿Qué? 😕

Y cuando estoy saliendo a la terraza a ver qué había ocurrido me fueron explicando, que la portezuela blanca estaba abierta, sólo había 6 periquitos cuando deberían ser 8 y que habían espantado un pájaro gris y grande de la jaula.

Sinceramente, no sé cómo me sentía. Hacía frío, lloviznaba y yo en pijama descalza en la terraza ignorando todo eso, fui a ver y comprobé, mientras sentía un vacío en el pecho, que no veía ni a Mos ni a Lira. Como una autómata cogí la cortinilla que siempre cerraba en el lado izquierdo, la desenganché y le cambié el alambre trasero (que era una tarea pendiente que tenía). La afiancé y volví a mirar a los peris. Tenían las barrigas y las colas mojadas, estaban muy callados y esquinados. 

La culpa había sido mía, no cerré con el ganchito la portezuela por comodidad y simplemente la había encajado con la madera que tenía debajo. Para evitar que saliese un periquito era más que suficiente, pero no para que un ave de rapiña lo sacudiese hasta desencajarlo. No había plumas ni sangre, así que deduje que la ausencia de mis dos periquitos se debía a que habían encontrado la salida en uno de los embates del cazador, revoloteando con pánico contra todo, simplemente, se fueron.

Volví adentro inquieta y fría. No me sacaba de la cabeza que aquel detalle tan estúpido había costado dos vidas preciosas. Intenté seguir con normalidad, pero apenas unos 20 minutos después, simplemente salí de nuevo a la calle y lo vi cuando alzó el vuelo, pues mis ojos habían reparado rápidamente en la puerta principal que uso para todo, consciente de que la misma mecánica que abrió la portezuela blanca, podía desbaratar parcialmente aquella otra. Y al darme cuenta de que estaba allí me quedé como una estatua y por el pánico se me antojó un pájaro ENORME, de lomo gris y vientre blanco. Por la distancia y mis sentimientos adversos, juraba que sus ojos eran rojizos. Cuando decidió marcharse tras haberse posado brevemente sobre el muro de la terraza, acudí rauda al jaulón y vi mientras me acercaba a un periquito amarillo paralizado en el fondo, y otro esquinado igualmente en el fondo, ambos shockeados. Eran Lima y Calabaza. Con un alambre y un alicates que tenía en el alféizar de la ventana até TODAS las puertas y comprobé que no hacían holgura alguna, imaginando al gavilán aferrado con patas y pico tironeando sin miramientos probando suerte, y mientras trabajaba, los pájaros parecieron reaccionar y empezar a saludarse de un modo un poco desordenado. Miré a la jaula de cría y todo parecía normal. Por si las moscas até también ambas puertas y puse un trozo de malla que reservaba para los gatos de los vecinos a modo de protector en el nido.

Hasta que anocheció totalmente no me quedé tranquila, y aún así, conciliar el sueño fue complicado. Le pedí a mi compañero de vida que si me podía llevar a una ferretería a la mañana siguiente, y así nos fuimos preparando.

Esperábamos a que se acercase más la hora de apertura de los comercios, cuando de pronto sentí un sonido metálico y una pausa en el trino de los peris. Al darme la vuelta vi por la ventana la figura alada de la noche anterior y sin perder más tiempo, salí y até la malla de sombreo que había puesto entre las patas de la mesa para evitar que la bolsa de basura se llenase de agua cuando lloviera de lado (que aquí e bastante habitual) al frontal del jaulón con la esperanza de dificultar la visibilidad y disuadir al pájaro, pues si no podía ver a las avecillas revoloteando en pánico, no se excitaría ni insistiría igual que estando abierto como estuvo anoche. Y por supuesto, al haber sentido el golpe metálico deduje que había sido por chocar o lanzarse contra la jaula de cría que tenía aquel pedazo de malla encastrado, así que entró rápidamente en mis cálculos, y desenrollé la malla que quedaba todavía sin estrenar y la enganché de cualquier manera entre el jaulón y la jaula. Quería que "desapareciesen" de la vista mientras nosotros no estábamos.

Y antes de marcharnos, volvió.


 



Tras realizar este vídeo, no sé exactamente porqué, parte de la tensión se había esfumado. Tal vez porque lo vi como resignado, y me convencí de que habiéndolos tapado así, no los molestaría mientras no pudiese hacer algo mejor.

Tenía planes para utilizar un invernadero relativamente grande como estructura para mis peris y protegerlos mejor del clima y facilitarme labores a mí (a parte de volver a la dimensión del disfrute más absoluto pudiendo compartir el mismo espacio con ellos). Mi idea era trabajar en ello durante las vacaciones de verano, pero la aparición repentina de este problema, lo adelanté precipitadamente. El alma se me fue a lo pies cuando me encontré con que en amazon ya no aparecía la opción de compra. Lo había meditado tanto y comparándolo con otros y otras posibilidades, que se me caían las ideas a pedazos. ¡Pero lo encontré en otra página! Al carrito y a esperar unos días a que llegue. Indicaba que entre los días 5 y 8 llegaría. No tengo ni idea de como funciona Aosom ni si la experiencia va a ser buena, pero lo necesito y la oportunidad la pintaban calva.

Y esto atesoramos a la espera del invernadero:



 

Al volver a casa lo primero que hice fue arreglar aquella monstruosidad. Primero, retiré la "manta de malla" y probando probando...

 

Dejé las puertas candadas, retiré los comederos de cerca de las zonas visibles...


 

Retiré los comederos exteriores de la jaula de cría y puse la bañera interior con las semillas, la malla de sombreo la ajusté mejor.

Con todo esperando al momento de comenzar con la reforma express, miro a mis peris que de momento, parecen estar tranquilos, y ahora a última hora de la tarde, he visto como los que quedaron desemparejados están cortejándose animadamente. Lima nunca había prestado atención a Zorrillo que yo hubiera visto.


 

Esto no se parece en nada a las nuevas entradas que planeaba subir...


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